El CEO se Entera de Mis Mentiras

El CEO Se Novela 458



Capítulo 458

Alberto arrastró a Raquel consigo.

Raquel, tambaleante, lo siguió. -Jefe Alberto espera, ¿a dónde me llevas? ¡Suéltame, no quiero ir!

Alberto no ofreció opción alguna a Raquel; la arrastró fuera del apartamento y la introdujo en el ascensor.

Luis se quedó impactado ante la serie de acciones de Alberto. No es correcto, jefe Alberto, usted...

Cuando Luis terminó de hablar Alberto ya había cerrado el ascensor y ambos desaparecieron de la vista de Luis.

Alberto llevó a Raquel abajo, sujetándola del brazo para hacerla subir a su lujoso auto.

Raquel se resistió con fuerza, intentando liberarse de su captor. -Jefe Alberto, ¿qué está haciendo? ¿Está loco? ¿A dónde me lleva? ¡Ya le dije que no quiero ir!

Alberto abrió la puerta del copiloto del Rolls-Royce, y su mirada fría y distante escaneó enseguida la cara de Raquel. -Raquel, ¿estás ocultándome algo?

Raquel se sobresaltó. —¿A qué se refiere?

La mirada de Alberto se dirigió hacia su vientre plano.

Raquel retrocedió de inmediato. -Jefe Alberto, ¿qué mira, pervertido?

Alberto inquirió. -¿Estás embarazada?

Raquel se quedó rígida. ¿Ya lo sabe? ¿Lo ha descubierto?noveldrama

La mirada de Alberto se posó en su rostro. -¿Estás embarazada? ¿Llevas a mi hijo en tu vientre?

La mente de Raquel estalló en un “boom” justo cuando estaba a punto de rendirse, él lo

descubrió.

¿Qué haría después de descubrirlo? ¿La llevaría acaso a hacer un aborto?

Después de todo, ese niño tenía la mitad de sus genes.

Raquel pensó con agilidad, convencida de que no podía admitirlo, y lo negó de inmediato. No estoy embarazada.

Capitulo 458

Alberto la observó imperturbable. -¿De verdad?

Raquel respondió, -por supuesto que es verdad, jefe Alberto, hemos terminado, no voy a tener su hijo tuyo, me voy.

Raquel intentó marcharse.

Pero Alberto la agarró de manera dominante y la colocó en el asiento del copiloto. -No importa si estás embarazada o no, no es tu decisión, ahora mismo te llevo al hospital para hacerte un chequeo, ¡quiero escuchar lo que dice el médico!

Las pestañas de Raquel temblaron ligeramente, asustada.

Alberto regresó al asiento del conductor, y Raquel dijo, -jefe Alberto, no estoy embarazada, i. por favor créame!

Alberto miró de nuevo su vientre y sonrió con frialdad. -Raquel, si descubro que me has mentido y que has tenido a mi hijo a escondidas, estás acabada.

Raquel siguió insistiendo, -...jefe Alberto, ¡de verdad que no!

Entonces Raquel estornudó.

Ahora que estaba afuera y hacía frío, Alberto la había sacado llevándola solo con un camisón.

Raquel dijo, jefe Alberto, tengo frío ahora. ¿Qué tal si vamos juntos al hospital para el chequeo mañana?

Alberto se quitó su chaqueta negra y se la lanzó. —Póntela.

Su chaqueta negra cayó sobre su cabeza, cubriendo por completo su carita. Raquel no sabía si lo hacía a propósito, pero el aroma limpio y fresco del hombre, junto con el calor residual de la chaqueta, la envolvió enseguida.

Raquel extendió la mano para retirar la chaqueta de su cara y, con sus ojos claros, lo miró visiblemente molesta. -Jefe Alberto, en verdad se cree mucho, ¿cree que podría tener a su hijo a escondidas?


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